Cada vez que caían las gotas de lluvia triste, salían a pasear los caracoles. Un niño sensato se hubiera conformado con evocar el olor postizo que la tierra mojada impregna en las pupilas. Pero, como yo no lo era, en los atardeceres melancólicos me aventuraba al barro para sonrojarme las mejillas. Evitando el ronroneo de la tormenta en las macetas rotas del zaguán, conseguía escapar hasta un cobertizo amarillo en el que se refugiaba mi abuelo cuando quería escuchar en su viejo vinilo rayado (siempre) la misma canción y el mismo verso; una de esas costumbres molestas que terminas echando de menos. Una vez allí, desde la repisa de una ventana desaliñada que consideraba mi torre vigía; divisaba una sucesión de helechos mustios, que sólo a mí me parecían una selva impenetrable.
Rozando la hierba, todavía fría, con las pecas de mi mano, analizaba los rastros pringosos de los caracoles como había visto en las persecuciones disparatadas de las películas de indios y vaqueros. Estaba convencido de que sus caparazones contenían todos los secretos del mundo; o al menos, todo lo que una persona pudiera imaginar: desde un corazón de repuesto, un ojo que ve todo lo que nuestros ojos no ven o una exclamación a tiempo, hasta la palabra “trece”.
Cuando al fin encontraba un caracol, lo agitaba como si fuera una pila de mercurio para saber si estaba en lo cierto, y aunque no encontré pruebas que fundamentaran mis intuiciones, nunca he terminado de creer que mi hipótesis fuera completamente errónea.
19 comentarios:
Por favor, no critiquéis en exceso mi dibujo.
Tu dibujo se sale, aunque sólo sea por las cejas voladoras del caracol.
En mi infancia tenía la fea costumbre de quemar vivas a las babosas con un mechero. Nunca se me habrían ocurrido pensamientos tan profundos como los tuyos.
Cuando somos niños encontramos magia incluso en un insignificante caparazón de caracol. Yo jugaba a seguir la estela viscosa casi transparente que dejaba al deslizarse. Incluso hoy, me paro si me encuentro con uno de ellos, para ver como resbala con la acera.
PD - Aunque me quedo con tu reflexión, tu dibujo mola mucho.
Yo solo me acuerdo de un ex-amigo (qué mal suena) que comía gusanos.En fin,por si no volvemos a vernos,buenos días,buenas tardes,y buenas noches.
Gracias.
El dibujo no está mal, me ha hecho pensar en un caracol que en vez de concha lleve el planeta a la espalda. Metáfora visual o algo...
Saludos!
Hay que agitarlos muy, muy despacio, porque si lo haces fuerte -como lo haría un niño- el caracol se asusta y le da tres vueltas a la llave donde esconde todos sus secretos. Si lo haces despacito sabrá que no quieres hacerle daño, y con una media sonrisa sin rastro de baba, te dará el secreto que le pidas. Y si es la palabra trece, te dará dos.
Miau
:):):):) ¿Qué te gustaría que te dijesen a las 8 de la mañana?
solo decirte que eres bueno, pero seguramente eso ya lo sabes.
algunas de tus frases son basante parecidas a algunas que he escrito.
pero tu estilo y el mio son completamente diferentes.
un saludo
Es probable, es probable. Una interesante hipótesis.
Y pensando tu pregunta sobre si he querido a alguien a quien no sabía querer... creo que no. Si lo he querido, es porque he aprendido a quererlo de alguna forma.
Buscando un refugio y libertad me he escondido tras un blog. Busco naufragos para habitar mi isla y al azar me encontré en tus escritos. Quizá quieras compartir mis soledades.
http://paranaufragios.blogspot.com/
Es que nada es completamente erróneo
pUede ser...
rObe tU caracOl :)
si te mOlesta me dices y nO lO Usare para nada :)
salUdOs !
encontramos la magia en cualquier lado .... :)
a mi me encantan los caracoles jeje
jeje ya lO use, si gUstas echar Un vistazO ya esta en la pOrtada de mi blOg :P
aUnqe se distOrciOnO Un pOcO
jA!
salUdOs =)
UUUy qué bonita entrada!
yO tenía un caracOl y se llamaba babitaz
=) me daba magia siempre
Salu2
=) Uy qué bonita entrada!
yO tenía un caracol, se llamaba babitaz
me daba magia siempre siempre
... =s
... SaludOs
Un beso.
Me has transportado a mi infancia, me has transmitido tanta magia en estos párrafos...
Gracias,
saludos, de nuevo.
Yo me imaginaba un saloncito con mesa camilla dentro del caparazon... lo mío si que puedo afirmar que es completamente erróneo.xD
Me quedo con eso de "una de esas costumbres molestas que terminas echando de menos." ultimamente he pensado mucho en ellas.
Un saludo!
:DDDD, A mI Me MolAhba mAzO CoGeR Los cArAcOlEs I SePaRarlos eGuN cOlOr, i A lOs mAs OsCuRoS lOs mAtAbA KmO s FuERa lOco. CoJiA i LoS lAnZaVa A tO OtIa KtRa CuAlkIe PaReZ jajajajaja Q PtaS Stias i tO mOcOs jaja. GrAcIaS a Sto m lo As rEcOrDaO jaja, GrACiaS, BuEn BlOg jajaajajajajaja, MaZo RiSaS
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