lunes, 17 de septiembre de 2007

Transparencia

Lo sé mamá. Soy el resultado de un espermatozoide borracho y un óvulo indispuesto en la noche de nupcias. Lo sé mamá, me conozco. Soy un niño hiperactivo con humor cínico, falto de talento y necesitado de antidepresivos, que envidia a los estudiantes de medicina por tener el placer de examinar un cadáver. Soy un hereje con tendencias suicidas que morirá en la hoguera prediciendo una supernova de estrellas fugaces.

Me miro en el espejo como un genio petulante y engreído, imaginando que soy un poeta orgulloso que no ha aprendido a disculparse. Me disfrazo de esperpento y paseo por la calle ladrando al gentío con la mirada, fingiendo ser un ente misterioso, aunque nunca lo consigo; no encuentro secretos que esconder. Disimulo que soy un tipo ermitaño y retraído, la reencarnación de un gato negro enamorado del idealismo absoluto de Hegel que se conforma con mirar los silenciosos rayos de luna; pero admitámoslo, necesito a los seres humanos más que a mí mismo.

Lo sé mamá. Soy como la imitación barata del novio de la “barbie” o el dependiente amargado de un McDonalds que escupe en tu hamburguesa. Lo sé mamá, me conozco.